Motosierra y FMI: quiénes pagarán el ajuste en 2025
El nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) establece un superávit primario del 1,3% del PBI para 2025, mientras que el superávit financiero se prevé que sea cero. Alcanzar este objetivo será un desafío significativo para el Ministerio de Economía, especialmente tras las declaraciones del presidente Javier Milei, quien busca que el superávit alcance el 1,6%.
Según el programa aprobado por el board del FMI, este año se anticipa un ajuste menor en comparación con 2024, con un ajuste del 0,5% del PBI, en contraste con el 1,8% del año anterior. Esto significa que, para mantener el 1,8%, el Gobierno necesitaría implementar un ajuste adicional del 1%.
Para lograr el superávit del 1,3%, se estima que el 46% de los esfuerzos recaerá sobre los consumidores, quienes enfrentarán la eliminación total de subsidios. Este acuerdo representa el primer esquema oficial de ingresos y gastos del Gobierno para 2025, mostrando cuánto se planea gastar y de dónde provendrán los recursos, expresados en porcentajes del PBI.

Programa fiscal para 2025
De acuerdo con el documento del FMI, el desmantelamiento de ingresos extraordinarios de 2024 resultará en un achique total de ingresos equivalente al 1,3% del PBI. Esto incluye la eliminación del Impuesto PAIS, que representa el 1,1% del PBI, y otros factores que llevarán a una pérdida adicional.
Por otro lado, se espera que las retenciones a las exportaciones generen un efecto positivo, aumentando el ingreso en un 0,2% del PBI. Para generar recursos, se proyectan ingresos por 0,4% del PBI, provenientes de reformas fiscales y aumentos en impuestos como el de combustibles.
En términos de gasto, se planea un ahorro del 0,8% del PBI, derivado principalmente de la eliminación de subsidios. Sin embargo, se anticipa un déficit del 0,3% del PBI, balanceado por un aumento en el gasto social.
La promesa de Milei y los desafíos fiscales
El presidente Javier Milei se ha comprometido a que el superávit primario sea del 1,6% del PBI en 2025, lo que implica un ajuste del 0,8%. Sin embargo, hay dudas sobre la viabilidad de este objetivo, dado que muchos analistas cuestionan la fuente de los recursos necesarios para alcanzar este superávit.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advierte que el ajuste fiscal en los próximos años será significativo, proyectando un incremento del ajuste en el resultado primario. Esto sugiere que la mayor parte del superávit podría destinarse a cubrir intereses de deuda, dejando poco margen para posibles reducciones de impuestos.
En resumen, el acuerdo con el FMI y las proyecciones fiscales de 2025 plantean un panorama complejo para el Gobierno, que deberá gestionar cuidadosamente sus recursos para cumplir con las exigencias del organismo internacional y los compromisos asumidos.